jueves, 24 de octubre de 2013

Tema 1 de Literautura: la narrativa española del siglo XX hasta 1939


Tema 1 de Literatura: La narrativa del siglo XX hasta 1939.





1. El contexto histórico mundial del siglo XX.


A comienzos del siglo XX Europa vive una época de gran prosperidad económica. Junto al desarrollo de una opulenta clase burguesa surgen los primeros movimientos obreros nacidos a finales del siglo XIX representados por socialistas, comunistas y anarquistas. Después de la 1ª Guerra Mundial (1914-1918), Europa pierde la hegemonía que había venido ejerciendo durante siglos, y en su lugar emergen dos grandes potencias: Estados Unidos y Japón.



Los años que discurren entre la 1ª y la 2ª Guerra Mundial son denominados históricamente como período de entreguerras. Se producirá en 1917 la Revolución Rusa, que dará lugar al primer estado comunista. En 1929 el sistema capitalista sufre una profunda crisis evidenciada por el crack de la bolsa de Nueva York, lo que propiciará el nacimiento en Europa de las ideologías fascistas, representadas por Mussolini en Italia y Hitler en Alemania.



El afán expansionista del nacionalsocialismo alemán y del fascismo italiano provocará el comienzo de la 2ª Guerra mundial (1939-1945), cuyo resultado será la derrota de las potencias de eje, Alemania y Japón, y la división de los estados en dos bloques: el comunista y el capitalista.



El enfrentamiento entre ambos sistemas, el comunista soviético y el capitalista norteamericano, dará lugar al período de la Guerra Fría, que finalizará en 1989 con la caída del Muro de Berlín y la posterior disolución de la Unión Soviética en 1991, consolidándose de esta forma la sociedad de consumo, que caracterizará a la economía capitalista.


Finalizando el siglo XX, se producen dos fenómenos que transformarán profundamente las relaciones sociales: la globalización económica y la sociedad de la información surgida del desarrollo tecnológico. Ambos fenómenos siguen protagonizando los principales acontecimientos del mundo actual.



2. El contexto histórico español hasta 1939.


El siglo XIX finaliza con el desastre del 98, esto es, con la pérdida de las últimas colonias del imperio español, Cuba y Filipinas. Este hecho sacudió intensamente la política y la ideología nacionales, y los intelectuales abogaron por una reforma general de la vida española.



Bajo el reinado de Alfonso XIII, iniciado en 1.902, España se ve envuelta en una sangrienta guerra con Marruecos, cuyos efectos, unidos a la crisis económica de los años 20, culminarán en la instalación de la dictadura del general Primo de Rivera (1923-1930).



El 14 de abril de 1.931 se proclama la Segunda República, un período agitado en lo político y de enorme riqueza cultural en el que la radicalización de las posturas ideológicas y el incremento de la violencia frustraron los proyectos de modernización. El levantamiento militar del 18 de julio de 1936 provoca una Guerra Civil que terminaría tres años después con la implantación de la Dictadura Franquista.



3. La Literatura española del siglo XX.


La intensa conmoción que supuso la Guerra Civil (1936-1939) en la sociedad española determina la división de la vida cultural, y por tanto, de la Literatura, en dos períodos: el anterior a la guerra (1900-1939), y el posterior (1939 hasta la actualidad).



Los principales movimientos literarios que se desarrollan hasta 1939 son: el Modernismo, dentro del cual podemos situar a la Generación del 98, el Novecentismo o Generación del 14, y la Generación del 27.



Después de la Guerra Civil, las corrientes literarias que se suceden son numerosas, por lo que tradicionalmente se estudia la evolución de la Literatura Española a través de los géneros literarios: la narrativa posterior a 1939, la poesía posterior al 39 y el teatro posterior al 39, pudiéndose establecer dos períodos: el correspondiente al régimen de Franco, y el iniciado a partir de la Restauración de la Monarquía en la figura del rey Juan Carlos I.





4. La Generación del 98.



Se denomina Generación del 98 a un grupo de escritores que vivieron en su juventud el desastre colonial, lo que modeló sus inquietudes y sus anhelos. Tradicionalmente se incluyen en la misma Pío Baroja, Azorín, Ramiro de Maeztu, Miguel de Unamuno, Antonio Machado y Valle-Inclán (aunque éstos dos últimos con reservas, ya que siguen una evolución ideológica y estética distinta a sus compañeros). Este grupo de autores cumple los principales requisitos para hablar de una generación literaria: nacen en fechas próximas, mantienen relaciones personales intensas -especialmente los cuatro primeros-, participan en actos colectivos -como la visita a la tumba de Larra- y existe, finalmente, un acontecimiento generacional que aúna sus voluntades: el “desastre del 98”, fecha que les ha dado nombre, y que se refiere a la ya citada pérdida de las últimas colonias, Cuba y Filipinas.



4.1. Características de la Generación del 98:



  • Muestran una gran interés por los grandes temas de la existencia humana: el sentido de la vida, el destino del hombre, la actitud religiosa...
  • Su preocupación ante la situación nacional convierte el tema de España en el eje central de su obra. Critican, sobre todo, a los gobernantes corruptos, el atraso del campo y los vicios nacionales. Creen que los problemas del país hallarán solución en la medida en que se produzca en el pueblo un cambio de mentalidad.
  • El deseo de modernizar el país les hace volver sus ojos a Europa, y así Unamuno la necesidad de europeizar a España. En una segunda etapa, sin embargo, reivindicará los valores nacionales más “castizos” y hablará de españolizar Europa.
  • Buscan la esencia de lo español en las tierras de Castilla, en su historia y en su literatura. Aman los viejos pueblos y el paisaje castellano.
  • Muestran afán por renovar literariamente nuestra lengua. Recuperan palabras tradicionales y utilizan arcaísmos. Con el fin de transmitir con claridad sus ideas, defienden un estilo antirretórico caracterizado por la sobriedad y la precisión.
  • Además del cultivar con frecuencia el ensayo y el periodismo, cauces apropiados para la exposición de sus ideas, tratan de modernizar los géneros literarios; por ejemplo, las nivolas de Unamuno, mezcla de reflexión y relato, supusieron un profundo cambio en la narrativa de su época.



4.2 Miguel de Unamuno.



Nacido en Bilbao (1864-1936), fue rector de la Universidad de Salamanca y llegó a ser desterrado a la isla de Fuerteventura por sus ataques al rey y al general Primo de Rivera.

Expuso en sus ensayos En torno al casticismo y Del sentimiento trágico de la vida su pensamiento respecto a el problema de España, diferenciando entre historia e “intrahistoria”, siendo esta última “la vida silenciosa de millones de hombres sin historia” que son la base de la verdadera historia. La cuestión religiosa es el tema de La agonía del cristianismo.



Como novelista, renueva el género a través de una serie de innovaciones: la concepción de la novela como un método de conocimiento; la estructura abierta, con la existencia consiguiente de varias interpretaciones; la presencia de un protagonista individual en lucha contra la idea de la muerte; la reinterpretación del concepto de realismo (mezcla personajes reales con los de ficción, intercala relatos...); etc. De ahí que inventara la palabra “nivola” para denominar sus novelas, entre las que destacan Niebla, Abel Sánchez, La tía Tula y San Manuel Bueno, mártir.



Cultivó también la poesía de tema religioso y filosófico (El Cristo de Velázquez) y el teatro.



4.3 Pío Baroja.



Nacido en San Sebastián (1872-1956), comenzó defendiendo las ideas regeneracionistas y anarquistas para acabar en una actitud de total desilusión y escepticismo.



Baroja fue un escritor fecundísimo. Muchas de sus novelas se agrupan en “trilogías”, entre las que destacan:



- la lucha por la vida: formada por La busca, Mala hierba y Aurora roja, en las que el autor describe los barrios más míseros de Madrid.

- la raza: formada por El árbol de la ciencia, una de las más leídas de Baroja, La dama errante y La ciudad de la niebla.


Entre 1913 y 1935 escribió una serie de novelas con el título general de Memorias de un hombre de acción, cuyo dinámico protagonista, Eugenio de Aviraneta, es un antepasado del autor.


Son rasgos típicamente barojianos la total libertad en la construcción de la novela -en la que se van yuxtaponiendo los episodios, anécdotas y digresiones sin otro nexo que la figura del protagonista-, la pintura de ambientes, la inadaptación vital de sus personajes - en conflicto consigo mismo o con el medio-, y el ágil ritmo narrativo, con frases cortas y descripciones impresionistas.



4.4 José Martínez Ruiz “Azorín”.



Nacido en Monóvar (Alicante, 1873-1967), evolucionó desde sus ideas revolucionarias juveniles hacia posturas conservadoras.



Sus temas recurrentes –las evocaciones de infancia y juventud, las recreaciones de tierras y hombres de España, las pinturas de paisajes- dominan tanto en sus ensayos (Los pueblos, Castilla) como en sus novelas (La voluntad), en las que el argumento es tan tenue que parece un pretexto para hilvanar pinturas de tipos y ambientes. Su estilo, basado en el predominio de frases cortas, se caracteriza por la precisión y la claridad.



4.5 Ramón del Valle-Inclán.



Nació en Villanueva de Arosa (Pontevedra, 1866-1936), fue un escritor peculiar, con su aspecto bohemio y un tanto excéntrico.

En sus inicios narrativos utiliza, al igual que en su teatro, una estética modernista de lenguaje sonoro y musical, período del que son buen exponente sus Sonatas, cuyo protagonista, el Marqués de Bradomín, símboliza un mundo aristocrático y decadente en una Galicia primitiva. Pero a partir de la serie de novelas recogidas bajo el título general de La guerra carlista comienza su evolución hacia un estilo más duro y más crítico que culminará en las novelas adscritas a la tendencia deformadora y sarcástica del esperpento. Es el caso de Tirano Banderas, novela en la que critica las dictaduras hispanoamericanas, y de la trilogía de El ruedo ibérico, donde satiriza la corrupción de costumbres en la corte de Isabel II. (Su importante obra teatral se estudiará en el tema correspondiente al teatro hasta 1939).


5. La novela novecentista.



Se conoce con el nombre de Novecentismo o Generación del 14 a los autores que sucedieron a la Generación del 98 y alcanzan su plenitud literaria en la segunda década del siglo XX. Se incluyen entre otros a Ortega y Gasset, Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala, Gabriel Miró y Ramón Gómez de la Serna.



Todos ellos comparten con el 98 la inquietud por el problema de España, aunque rechazan la visión dramática y subjetiva de sus predecesores y adoptan una actitud más equilibrada e intelectual. Este enfoque será el que determine el predominio del ensayo entre estos escritores. Como novelistas, destacan Pérez de Ayala y Gabriel Miró, y, a caballo entre el Novecentismo y el Vanguardismo, el inclasificable Gómez de la Serna.



  • En la novela de Ramón Pérez de Ayala (Oviedo, 1880-1962) abunda el elemento intelectual, con continuas digresiones sobre diversos temas. Su concepción experimental del relato le lleva a crear nuevas estructuras narrativas y a buscar originales perspectivas para la presentación de personajes y sucesos, como en Troteras y danzaderas. El lenguaje también se somete a la renovación: perfectas construcciones oracionales, con un léxico muy rico y seleccionado, junto a frases tomadas del habla popular.



  • Las novelas de Gabriel Miró (Alicante, 1879-1930) se basan en descripciones construidas mediante la unión de distintas escenas ambientales y paisajísticas. La acción apenas existe más que para dar entrada al elemento descriptivo. Todo está supeditado a la expresión de percepciones sensoriales, de forma que los verdaderos protagonistas de sus novelas son los objetos, quedando los tipos humanos como meras anécdotas. Por ello, su estilo es muy elaborado y lírico, a la vez que lento y recargado. Sus obras más conocidas son Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso.



  • Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 1888-1963) lleva a la práctica la deshumanización del arte de la que hablaba Ortega hasta convertir la literatura en un juego de incoherencias, aproximándose al irracionalismo del arte de vanguardia. Escribió novelas libres, en las que el argumento es sustituido por digresiones sobre cualquier tema. Sus relatos no muestran interés por la psicología de los personajes y dejan paso a juegos, greguerías y exhibiciones de humor. Destacan Cinelandia y El torero Caracho. Su creación más ingeniosa es la greguería, que consiste en una asociación ingeniosa, e irracional, de ideas. Es una visión de las cosas expresada brevemente, a modo de refrán o sentencia. Ejemplos de greguerías son “la humanidad no será feliz hasta que se acabe la humanidad”, “la A es la tienda de campaña del alfabeto” o “en otoño deberían caer las hojas de los libros”.

martes, 8 de octubre de 2013

Tema 1. El texto.


Tema 1. El texto: definición y propiedades.





  1. Definición de “texto”.



El texto puede definirse como un mensaje lingüístico con sentido completo. El estudio de los textos y sus propiedades corresponde a una rama de la Lingüística que se denomina Lingüística del Texto. La palabra “texto” proviene del latín “textus” (derivado de “texere” = tejer), que significa literalmente “tejido”; puede entenderse, por tanto, que un texto es -en sentido figurado o metafórico- “un tejido” formado por palabras que mantienen entre sí diferentes tipos de relaciones; y son estas relaciones las que forman la urdimbre o entramado del texto.



  1. Propiedades del texto.



Las propiedades de un texto son básicamente tres: la adecuación, la coherencia y la cohesión.



2.1. La adecuación: es el grado de adaptación del texto a la situación comunicativa. Dicha adaptación requiere una elección apropiada del registro lingüístico, entendiendo por tal el modo de expresarse a través de las distintas variantes diafásicas (los diferentes registros lingüísticos propiamente dichos) y las distintas variantes diastráticas (relacionadas con el nivel sociocultural de los hablantes). Los registros lingüísticos son básicamente tres: el registro formal o culto, el coloquial o familiar y el vulgar. Los textos empleados en la vida académica y social (medios de comunicación y ámbitos profesionales) utilizan un registro culto, lo cual implica un uso adecuado del vocabulario y un respeto por la corrección gramatical (ortografía, sintaxis).



2.2. La coherencia: un texto es coherente cuando posee sentido, es decir, cuando su contenido mantiene una relación lógica con el referente o realidad. Para ello debe cumplir con una serie de requisitos:



1º) la intención: todo texto se emite con una determinada intención por parte del emisor, como puede ser: informarnos de algo, o tratar de convencernos, o dar su opinión sobre un tema determinado, o establecer un contacto cordial con el receptor o receptores, o cualquier otra intención. La intención del emisor está estrechamente relacionada con las “funciones del lenguaje” que estudiaremos en el apartado 3º.



2º) la situación y el contexto cultural: todo texto se emite en una determinada situación, que es el lugar (¿dónde?) y el momento (¿cuándo?) en que se emite el texto, y se enmarca en un determinado contexto cultural, que es el conjunto de conocimientos que poseen el emisor y el receptor, los cuales contribuyen a dotar al texto de su correcto significado. El contexto cultural es de vital importancia en la comunicación; así por ejemplo, un peruano y un español, a pesar de hablar la misma lengua, tendrán dificultades para entenderse por el hecho de vivir en contextos culturales diferentes; por el contrario, dos aficionados al fútbol se comunicarán fácilmente al compartir el mismo contexto.



3º) las funciones del lenguaje: todo texto cumple con una o varias funciones del lenguaje. Cuando se estudia el fenómeno de la comunicación, se distinguen seis funciones del lenguaje, cada una relacionada con un elemento de la comunicación; vamos a estudiarlas:



  1. Función referencial (también llamada a veces representativa; relacionada con la realidad o referente): define las relaciones entre los signos lingüísticos que componen el mensaje -o texto- y la realidad constituida por el referente. La función referencial es la que nos permite relacionar las palabras “mi casa” con la realidad que efectivamente es mi casa. Esta función no se cumple si a alguien se le habla de un concepto que desconoce. Así por ejemplo, las expresiones “inteligencia emocional” o “empatía” eran desconocidas hasta que la psicología moderna las dio a conocer al gran público en libros y revistas de divulgación; podemos decir que actualmente conocemos el referente, sabemos de qué realidad se trata. Esta función es la base de la comunicación; de tal manera que, podemos decir que si no hay función referencial, no se produce comunicación.

  2. Función expresiva (o emotiva; relacionada con el emisor): se cumple esta función cuando el emisor utiliza el mensaje para expresar sus emociones (alegría, tristeza, sorpresa, etc.) o para darnos su opinión sobre una determinada realidad o referente. Se cumple esta función cuando, por ej., alguien expresa su alegría ante un determinado acontecimiento, o cuando alguien, un político por ej., hace un análisis de la realidad del país, dando su opinión y proponiendo unas determinadas soluciones.
  3. Función apelativa (o conativa; relacionada con el receptor): se cumple cuando el emisor utiliza el mensaje para llamar la atención del receptor, o para modificar su conducta. Por ej., cuando un guardia civil de tráfico nos ordena parar el coche; o cuando un amigo o amiga nos pide un favor, o cuando un anuncio nos anima a consumir un determinado producto…

  4. Función fática (o “de contacto”; relacionada con el canal): se da en todos los mensajes que tienen como finalidad comprobar el correcto funcionamiento del canal de comunicación, o asegurar una comunicación eficaz entre emisor y receptor. Serían ejemplos del uso de esta función el tamaño enorme de los paneles que nos indican las direcciones en la carretera, o cuando hablamos alto para que nos escuchen, o las palabras que indican la apertura y el cierre de la comunicación (por ej., “hola”, “adiós”), o el subrayado de un texto para destacar una parte del mismo, etc.
  5. Función poética (o estética; relacionada con el mensaje): se cumple cuando el mensaje llama la atención por los signos empleados, bien por su belleza -como ocurre normalmente en la Literatura, y más concretamente, en la poesía-, o bien por cualquier otra razón (juegos de palabras, connotaciones, metáforas). Por ej. Los eslogans publicitarios suelen utilizar esta función para llamar la atención y, al mismo tiempo, seducirnos.

  6. Función metalingüística (relacionada con el código): se cumple en aquellos mensajes que, por alguna razón, hacen una referencia directa al código de la comunicación. Los niños usan mucho esta función en su proceso de aprendizaje de la lengua cuando preguntan el significado de las palabras; lo mismo que los extranjeros –por la misma razón-; o cuando alguien pregunta por el significado de alguna palabra que no conoce, o por su ortografía. El empleo más significativo de esta función se da en las clases de Lengua, cuya finalidad es el estudio del lenguaje verbal como código principal de la comunicación.



4º) clasificación y tipología o modalidad textual: los textos se pueden clasificar según su ámbito de uso en las siguientes clases: científicos y técnicos (pertenecientes a las ciencias físico-naturales: Biología, Química, Física, Electrónica, etc.), humanísticos (pertenecientes a las ciencias humanas: Psicología, Sociología, Ciencias Políticas, Lingüística, etc.), jurídicos y administrativos (pertenecientes al ámbito del Derecho y la Administración), periodísticos (pertenecientes al Periodismo), publicitarios (pertenecientes a la Publicidad) y literarios (pertenecientes a la Literatura). Esta es una clasificación ampliamente aceptada, pero no es la única.

Por otro lado, los textos –independientemente de su clasificación- se construyen según unas modalidades textuales, también llamadas tipologías, que son: la narración (cuentan una historia), la descripción (enumeran las cualidades o características de un objeto, una persona, un determinado espacio, etc.), la exposición (transmiten o exponen una información de manera objetiva), la argumentación (defienden una determinada idea o tesis mediante argumentos, con la finalidad de persuadir al receptor), la instrucción-prescripción (nos dan normas e instrucciones que dirigen nuestra conducta) y el diálogo (una conversación entre interlocutores).

Una noticia, por ejemplo, es un texto periodístico según su clasificación; pero al mismo tiempo es narrativo por su tipología o modalidad textual. Un anuncio además de pertenecer a los textos publicitarios, es descriptivo –o incluso argumentativo- por su modalidad, etc.



5º) la organización: los textos se organizan formando una determinada estructura. Existe una estructura externa que viene determinada por la división del texto en capítulos, párrafos o apartados, según sea el caso; y una estructura interna en la que se trata de distinguir entre las ideas principales, secundarias, terciarias…y advertir la relación existente entre ellas. La organización o estructura de un texto se representa mediante un esquema o mapa conceptual.



2.3. La cohesión: se refiere a la estrecha relación que existe entre las distintas unidades lingüísticas (palabras, sintagmas, oraciones, párrafos...) que forman el texto. Para conseguir la cohesión se emplean dos clases de mecanismos o recursos: semánticos y sintácticos.



2.3.1. Los recursos semánticos se refieren a aspectos del significado. Los principales recursos semánticos son (ver los ejemplos del libro):



1º) la cohesión léxica: se consigue mediante el uso de sinónimos (palabras que tienen el mismo o parecido significado) , sinónimos textuales (el sinónimo se forma mediante una expresión), hipónimos (palabras de significado más restringido que el hiperónimo; por ej. “ballena” respecto a “cetáceo”), hiperónimos (palabras que engloban a los hipónimos por tener un significado más amplio; “medio de transporte” respecto a “ciclomotor”, “automóvil”, “barco”, “avión”, etc.), antónimos (palabras de significado contrario) y palabras derivadas (palabras que mediante prefijos y sufijos se forman a partir de una palabra simple).



2º) la progresión temática: se refiere a la forma en que progresa o avanza la información en un texto; puede ser progresión vinculada, cuando la información nueva se basa en lo dicho anteriormente; o progresión no vinculada, cuando la información nueva es independiente de la anterior.



3º) las redes léxicas o campos semánticos: forman una red léxica o campo semántico todas las palabras que comparten un mismo rasgo o aspecto del significado; por ej. “sillón”, “mesa”, “armario”, “mesilla” pertenecen al campo semántico de los muebles; el rasgo de significado que comparten -“mueble” en este caso- se denomina isotopía (“iso”=igual, “topos”=lugar). Así por ej., “barco”, “avión”, “ferrocarril”, “automóvil” comparten la isotopía “medio de transporte”, y forman el campo semántico de los “medios de transporte”.



2.3.2. Los recursos sintácticos empleados para conseguir la cohesión en un texto son:



1º) la sustitución: empleo de pronombres y adverbios deícticos (“allí”, “en aquel lugar”, “entonces”, “en ese momento”, etc.) para evitar la repetición de sustantivos y referencias de espacio y tiempo ya mencionados en el texto.



2º) la deixis: procedimiento lingüístico mediante el cual hacemos referencia o señalamos algo anteriormente dicho (anáfora), o algo que va a aparecer más adelante (catáfora) (ver los ejemplos del libro).



3º) la elipsis: se suprime alguna palabra que se sobreentiende, es decir que no es necesario nombrarla; por ej., el Sujeto elíptico en una Oración; el verbo en Oraciones como “Luisa lee más que Marisol” (se sobreentiende que Marisol “lee”).



4º) los conectores o nexos supraoracionales, también llamados marcadores de discurso, sirven para relacionar o conectar las distintas oraciones y párrafos que componen un texto. El término “supraoracional” (“supra”=”sobre, por encima”) significa que –a diferencia de los nexos oracionales- estos nexos, llamados también conectores, relacionan unidades mayores que una Oración.



La clasificación de los conectores que vamos a seguir es la que aparece en el cuadro de las páginas 20 y 21 del libro de texto.



jueves, 3 de octubre de 2013

Tema 2. Los textos periodísticos.

1. Características generales.

Se trata de una variedad de comunicación que, junto con la publicitaria, posee mayor audiencia. El Periodismo o Información de actualidad tiene como fin específico la difusión objetiva de los acontecimientos que son noticia y la interpretación de dichos acontecimientos. Esta doble función del Periodismo (informar e interpretar la información) se resume en el mundo anglosajón mediante dos frases breves: “Facts are sacred; comments are free.” (los hechos son sagrados; los comentarios son libres).

En la actualidad, las Agencias de Información, a través de los reporteros (testigos de acontecimientos que son noticia) y los corresponsales (periodistas encargados de cubrir la información en una zona situada fuera de la sede del medio) son los agentes encargados de abastecer de información a los diferentes medios: Radio, TV y Prensa. Las principales agencias informativas son Reuter (U.K.), France Press (Francia), Tass (antigua URSS), Nueva China, Japan Press, United Press International (EEUU), CNN (EEUU). En España: Europa Press, Agencia Efe y Logos.

Los receptores de la información periodística son de naturaleza heterogénea, es decir, pertenecen a distintas clases sociales, distintas ideologías, distintas edades, distintos sexos, etc., y se encuentran dispersos, tanto en el espacio (cada uno consume la información donde le parece oportuno), como en el tiempo (y cuando le parece oportuno; por ejemplo, la prensa; e incluso la TV y la Radio, a través de los distintos espacios informativos: Hora 25, Informe Semanal, Los Reporteros, Telediarios, etc.).


2. Las Funciones del Lenguaje en la comunicación periodística.

Por su naturaleza, la función prioritaria de la comunicación periodística es la referencial o representativa. El Periodismo, hemos visto, tiene como finalidad la transmisión de una información de actualidad a la sociedad en general, finalidad que define su función social. Sin embargo, como corresponde también al Periodismo la interpretación de esa información (“the comments are free.”), puede hablarse, por consiguiente, del uso de la función expresiva, lo que permite al periodista manifestar sus propias opiniones y poner de relieve su propia ideología o la del medio para el que trabaja.

También se puede constatar la presencia de la función apelativa o conativa ya que los medios determinan en gran medida la configuración de la Opinión Pública. El estudio de la Opinión Pública corresponde a los Institutos de Opinión Publica, y su medición se realiza mediante sondeos y encuestas, como por ejemplo, las encuestas previas a unas elecciones sobre la intención de voto, o las encuestas sobre la credibilidad de un determinado miembro del gobierno.




3. Características del lenguaje periodístico.



Tres son las cualidades básicas del lenguaje periodístico:

1º: la concisión, que consiste en utilizar las palabras indispensables para expresar lo que se quiere decir. Con ello se consigue rapidez y vivacidad en el estilo (el diccionario de la R.A.E. define la concisión como “brevedad y economía de medios en el modo de expresar un concepto con exactitud”.
2º: la claridad: el texto debe entenderse en una primera lectura. El lector no debe verse obligado nunca a releer.

3º: la captación del lector: los hechos deben ser presentados de tal forma que capten la atención del receptor.


4. Los géneros periodísticos.

Precisamente la doble función del Periodismo (informar e interpretar la información) determina la clasificación de los textos periodísticos en dos grupos: géneros informativos y géneros interpretativos. Los géneros informativos tienen por finalidad la transmisión objetiva de la información y son: la noticia, el reportaje, la entrevista y la crónica. Los géneros interpretativos, como su nombre indica, interpretan la información, por lo que incluyen opiniones y comentarios; son: el artículo, el editorial, la columna o comentario y la crítica.

4.1. Géneros informativos:

1º: La noticia: es la narración de un hecho actual e inédito (no publicado anteriormente) que por su naturaleza interesa a un sector amplio del público.

Los factores que determinan la importancia de la noticia son ocho: la actualidad (la noticia posee más valor en la medida en que sea más reciente), la proximidad (interesa más un suceso cercano que otro similar pero ocurrido en un lugar más lejano), la rareza (un suceso puede convertirse en noticia por ser algo insólito), la importancia del protagonista (un deportista conocido, un político importante, un artista famoso, etc.), el conflicto (disturbios, enfrentamientos, guerras...), el suspense (se desconoce el desenlace: unas elecciones, un secuestro, un partido donde se juega la final...), la emoción (temas de interés humano que despiertan las emociones del lector: desgracias, catástrofes, sucesos violentos, etc.), y las consecuencias (trascendencia del hecho: descubrimientos científicos, decisiones políticas, económicas, etc.).

La estructura de la noticia adopta la forma de “pirámide invertida”, apareciendo la información más relevante al principio, y la de menor relevancia a continuación. y se compone de tres partes:

a) el titular: en letras grandes y en negrita, resume lo fundamental de la noticia.
b) la entradilla: también en letra negrita, pero más pequeña, donde se exponen los elementos más relevantes de la noticia.
c) El cuerpo de la noticia: donde se desarrollan otros aspectos más pormenorizados.

Las preguntas a las que debe responder toda noticia se conocen en el periodismo anglosajón como las seis “W”: “Who” (¿Quién?), “What” (¿Qué?), “When” (¿Cuándo?), “Where” (¿dónde?), “Why” (¿Por qué?) y “How” (¿Cómo?).

2º: El reportaje: información cuyos elementos son recogidos en el mismo lugar del acontecimiento. La visión del acontecimiento se presenta con mayor profundidad, y puede incluir documentación (acopio de datos) sobre el hecho; por ejemplo, “Los reporteros”, “Solidarios” y “El Club de las ideas” de Canal Sur, “Informe semanal” y “Documentos TV” de TVE.

3º: La entrevista: es un tipo particular de reportaje en el que el periodista somete a una persona a una serie de preguntas con el fin de obtener una información que interese al público.

4º: La crónica: texto periodístico narrado generalmente según el orden cronológico de los acontecimientos, en el que el periodista incluye una valoración de los hechos; es por tanto un género híbrido entre la información y la interpretación. Por ejemplo, el desarrollo de una huelga, la evolución de un conflicto bélico, acontecimientos deportivos, etc..




4.2. Géneros interpretativos.

1º: el artículo de opinión: texto interpretativo en el que el autor sostiene determinadas opiniones, desarrolla una idea o comenta un acontecimiento de interés general.

2º: El editorial: artículo de fondo de un medio de comunicación donde se expone el punto de vista del medio con respecto a determinados hechos de gran relevancia social, haciéndose eco de un estado de opinión o tratando de crearlo. El editorial no suele llevar firma, sino que representa la postura ideológica del medio donde aparece.

3º: La columna o comentario: texto periodístico a cargo de un periodista  o colaborardor habitual que consiste en un comentario sobre cualquier tema de actualidad, desde la política internacional hasta asuntos relacionados con personajes de la actualidad (políticos, artistas, deportistas, etc); suele ocupar el mismo espacio en la prensa escrita.

4º: La crítica: aparece en la sección cultural del medio, y es un tipo de texto interpretativo donde se valora la producción cultural. Generalmente está a cargo de personas especializadas en las diversas ramas de la cultura: cine, teatro, música, arte, toros, deportes....


5. Rasgos lingüísticos de los textos periodísticos.

5.1. Rasgos morfosintácticos.

1º) uso frecuente de la nominalización, es decir tansformación de verbos en sustantivos (“prevención” de prevenir, “presentación” de presentar, etc), para conseguir una mayor concisión. Ej. Presentación de la nueva campaña de la DGT para la prevención de los accidentes de tráfico.
2º) Uso de frases cortas en los titulares para conseguir también concisión. Ej. “Suben las hipotecas” o “Nadal a semifinales”.

3º) Ordenación intencionada de los elementos de una Oración para resaltar un elemento determinado. En una Oración llama más la atención el primer elemento que se nombra. Ej. Comparar “La Junta de Andalucía subvencionará la vía verde de Zaframagón” con “La vía verde de Zaframagón será subvencionada por la Junta de Andalucía”. Un caso muy frecuente de ordenación intencionada es el uso de la Oración Pasiva para destacar el Sujeto Paciente, como en el ejemplo anterior, o como en el siguiente: "El nuevo Ayuntamiento será construido en breve", en el que no se nombra el Complemento Agente ("por la empresa Dragados", por ejemplo.
4º) Uso del estilo directo, es decir, repetición de palabras textuales, para conseguir mayor credibilidad. Ej. El presidente del Gobierno declara: "el año que viene mejorará el empleo".
5º) Utilización de Oraciones Impersonales cuando interesa más la acción (el SV) que el protagonista de la acción (el SNSujeto). Ej. “Se incrementa el precio de los carburantes”, en lugar de “El gobierno incrementa el precio de los carburantes”.
6º) Utilización del Pretérito Perfecto Simple o Pretérito Indefinido para señalar puntualmente los acontecimientos. Ej. “Nadal ganó a Federer y se clasificó para la final”. A veces se emplea el presente histórico para dar a la noticia mayor inmediatez y actualidad. Ej. “Nadal gana a Federer y se clasifica para la final”.


5.2. Rasgos léxico-semánticos.

1º) uso de barbarismos o extranjerismos debido a la traducción rápida de noticias suministradas por agencias extranjeras. Ej. “Se produce over-booking en el aeropuerto de Londres.”, en lugar de “Se produce saturación de pasajeros…”. Un fenómeno espectacular de introducción de barbarismos en el español actual es Internet, de donde hemos tomado términos como chat, web, blog, e-mail, etc.
2º) Creación de neologismos o términos de nueva creación para hacer referencia a nuevas realidades. Ej. “Estamos asistiendo a una progresiva balcanización de Europa.”, o “movimiento antiglobalización”, o “mileurista” (persona que gana mil euros al mes), etc.
3º) Utilización de eufemismos para evitar el uso de un término que puede herir la sensibilidad de los receptores. Ej. “daños colaterales” en lugar de “víctimas inocentes”, “discapacitado” en lugar de “paralítico”, etc.
4º) Uso de tecnicismos o términos propios de los ámbitos profesionales o especializados pertenecientes a campos como la economía, la política, los deportes. Ej. “el Ibex 35”, “la reforma constitucional”, “ranking”, etc.
5º) Empleo frecuente de siglas y acrónimos. Ej. UE, EEUU, UNICEF, ONU, ONG, etc.
6º) Utilización de todo tipo de figuras retóricas propias del lenguaje literario: metáforas (“balcanización” en lugar de “conflicto nacionalista”), sinécdoques (“voces” en lugar de “personas”), personificaciones (“Cádiz” en lugar de “los gaditanos”), hipérboles (“los españoles no estamos de acuerdo” en lugar de “muchos españoles no estamos de acuerdo”), etc.