domingo, 10 de noviembre de 2013

Tema 2 de Literatura: la Lírica española del siglo XX hasta 1939.


Tema 2 de Literatura: la lírica (poesía) del siglo XX hasta 1939.


1. El Modernismo.

Se denomina Modernismo al movimiento literario nacido en Hispanoamérica en el último cuarto del siglo XIX y difundido en España por el poeta y diplomático nicaragüense Rubén Darío a raíz de la publicación de Prosas profanas (1896). Como consecuencia del mismo, la poesía española de la época va a consagrarse a la exaltación de la belleza, adquiriendo un aire aristocrático que se aparta de lo vulgar y de lo cotidiano. Esa exquisitez se mostrará en los temas, en el cuidado de la forma y en el despliegue de elementos sensoriales a lo largo del poema.

 

1.1. Los temas del Modernismo.

Dos líneas temáticas principales se distinguen en el Modernismo:

a) La línea escapista, la más representativa de este movimiento, se caracteriza porque el poeta, en su búsqueda de la belleza, se refugia en mundos raros y cosmopolitas: lugares exóticos y lejanos (Japón, Grecia, París, etc.) y épocas antiguas (la Edad Media, el Renacimiento). Se construyen palacios, jardines, pagodas, por los que desfilan princesas, guerreros legendarios, cisnes, ninfas y sátiros.

b) La línea intimista muestra el malestar del poeta ante lo que le rodea: el amor y el mundo son vistos con ojos melancólicos y hay un deseo de plenitud que resulta irrealizable. Todo ello se enmarca en paisajes otoñales o solitarios jardines crepusculares.


1.2. El estilo y la métrica.

Los poetas modernistas, para conseguir la ansiada belleza, recurren a todas las posibilidades que el lenguaje les ofrece: la musicalidad, el cromatismo, el simbolismo, la utilización de un léxico muy rico (neologismos, cultismos, arcaísmos). Utilizan además imágenes audaces y frecuentes sinestesias.

Destaca su habilidad en el uso de la métrica, en la que, aunque siguen empleando los versos de más tradición (octosílabos y endecasílabos), se inclinan por metros poco habituales hasta entonces como el alejandrino, el dodecasílabo o el eneasílabo.


1.3. Los poetas modernistas españoles.

A Rubén Darío, a pesar de ser nicaragüense, se le incluye en las historias de la literatura española por su decisivo papel en la implantación del Modernismo en España. Sus obras más importantes son Azul, en el que sobresale el empleo de símbolos como el cisne, encarnación del ideal poético de Rubén, Prosas profanas, que representa la plenitud de la línea de evasión cosmopolita, y Cantos de vida y esperanza, con una poesía más íntima y preocupada por el hombre. Ahora bien, las genuinas figuras de la poesía modernista española son Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, y ello aunque uno y otro evolucionaran en etapas posteriores de su creación hacia otros postulados estéticos.


1.4. Antonio Machado.
 

Nació en Sevilla en 1875. Fue catedrático de francés e impartió clases en Soria, en Baeza, Segovia y finalmente en Madrid. Enviudó un año después de casarse, y este desgraciado hecho marcó profundamente su carácter y su poesía. Murió en el exilio en Francia en 1939.

En su producción poética se pueden diferenciar tres etapas:

- la primera etapa, de clara influencia modernista, está representada por su libro Soledades, galerías y otros poemas, obra caracterizada por su tono intimista y por la presencia de temas como el tiempo, la muerte y la soledad, desarrollados mediante símbolos como el camino, la fuente o la tarde.

- en la segunda etapa desaparece la influencia de Rubén Darío y domina la preocupación por España. A esta etapa pertenece Campos de Castilla, libro en el que el canto al paisaje castellano se mezcla con el desasosiego y la crítica por la decadencia de España. En algunos poemas como en “A un olmo seco” aparece el dolor por la muerte de su mujer.

- la tercera etapa, en la que aparece su libro Nuevas canciones, se caracteriza por el predominio de las preocupaciones filosóficas y sociales.


1.5. Juan Ramón Jiménez.
 
Nació en Moguer (Huelva) en 1881. Fue una persona marcada por una extrema sensibilidad. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1956. 
 
Su trayectoria poética está marcada por su total dedicación a la poesía y a la búsqueda constante de la belleza. En dicha trayectoria pueden distinguirse las siguientes etapas:

- La etapa sensitiva, que comprende sus comienzos neorrománticos, de clara inspiración becqueriana, como puede verse en su libro Arias tristes. Más tarde recibe la influencia del Modernismo, innegable en obras como La soledad sonora, en la que destacan rasgos como el colorido, la adjetivación brillante y el uso de versos alejandrinos.

- La etapa intelectual, representada por el Diario de un poeta recién casado. En ella, Juan Ramón abre el camino a la poesía pura: el lenguaje se condensa para nombrar lo esencial de las cosas y la estructura del poema se simplifica para hacer transparentes las sensaciones.

- La etapa suficiente, desarrollada en el exilio y recogida en dos libros fundamentales: La estación total y Dios deseado y deseante. En ella, su poesía se hace cada vez más trascendente, hasta desembocar en lo metafísico e incluso en cierto misticismo.

Juan Ramón sobresale también como prosista en libros como Platero y yo, escrito en un lenguaje modernista.


2. El Vanguardismo.

Con esa denominación se alude a los movimientos artísticos que tienen lugar en Europa entre las dos guerras mundiales y cuyo objetivo es innovar las artes, acabando con los restos del arte antiguo. Entre ellos, podemos destacar los siguientes:

- el Futurismo proclama la ruptura radical con el pasado y alaba las conquistas de la técnica. Su lenguaje suprimirá los nexos sintácticos y los signos de puntuación para conseguir dinamismo.

- el Dadaísmo propugna, frente a la razón, liberar la fantasía y crear un lenguaje incoherente, siguiendo su gusto por la provocación y el escándalo.

- el Surrealismo, para el que el ser humano no podrá alcanzar la libertad absoluta hasta liberar los impulsos reprimidos en el subconsciente, defiende la escritura automática, en la que el autor transcribe inmediatamente lo que le viene a la mente sin ningún tipo de autocensura.


2.1. El Vanguardismo en España.

Las inquietudes renovadoras europeas se conocieron casi inmediatamente en España gracias a la labor difusora de Ramón Gómez de la Serna, quien, aún sin cultivar la poesía, y gracias a los atrevimientos metafóricos de sus greguerías y su concepción de la literatura como arte autónomo, ejerció una influencia decisiva en los ismos hispanos y en la Generación del 27. Entre tales ismos hispanos sobresalen:

- el Creacionismo, para el que el arte debe actuar a semejanza de la naturaleza, es decir, no imitando sino creando una realidad nueva no existente antes, de forma que el poema se explique por sí mismo, y no por referencia al mundo exterior. En España su principal representante será Gerardo Diego.

- el Ultraísmo, en cuyas obras aparecen imágenes y metáforas irracionales en disposición tipográfica a modo de caligramas; entre los ultraístas destacan Guillermo de la Torre y el ya nombrado Ramón Gómez de la Serna.



3. La Generación del 27.

Se denomina Generación del 27 a un grupo de escritores que publican sus obras más representativas entre 1920 y 1935, y que se reúnen en torno a la Residencia de Estudiantes de Madrid. El nombre surge a raíz de la celebración del tercer centenario de la muerte de Góngora, que tuvo lugar en el Ateneo de Sevilla en 1927 y en la que participaron muchos de los poetas del grupo. Pertenecen a esta generación Pedro Salinas, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Rafael Alberti y Federico García Lorca.



3.1. Características de la Generación del 27. 



Los poetas de la Generación del 27 se caracterizan por:

- cultivar tanto la poesía tradicional como la poesía vanguardista representada por los ismos (creacionismo, ultraísmo, surrealismo): por un lado, resulta innegable la influencia de la literatura clásica española, tanto culta como popular, posterior al siglo XV (el Romancero, la poesía de cancionero, Garcilaso de la Vega; Góngora, Bécquer). Por otra parte, el influjo de J. R. Jiménez y de los ismos se observa en ciertos temas, en la innovadora disposición tipográfica de algunos poemas y en la desaparición de la métrica clásica, que será sustituida por el versículo.

- cultivo intenso de la imagen y la metáfora: los miembros del grupo crean un lenguaje poético brillante y sugerente alejado de la lengua corriente.

- innovación métrica: utilizan con frecuencia el versículo (versos sin medida ni rima) junto a estrofas tradicionales (soneto, cuarteto, romance, etc.).

- variedad temática: al lado de temas vanguardistas, relacionados con la técnica, lo moderno y lo intelectualizado, recuperan temas tradicionales, como el amor, la muerte o el paisaje.


3.2. Etapas de la Generación del 27.

- La primera etapa abarca hasta 1927, y se caracteriza por la influencia de las vanguardias y de la poesía pura de J. Ramón Jiménez. Los rasgos de este período son la preocupación por conseguir la belleza total del poema, la depuración del lenguaje y la experimentación. Pero por otro lado se percibe el peso de la lírica tradicional, sobre todo en los primeros libros (Marinero en tierra, de Alberti, Romancero gitano, de García Lorca, Versos humanos, de Gerardo Diego).

- En la segunda etapa, de 1927 a la Guerra Civil, las circunstancias históricas de España (el final de la dictadura de Primo de Rivera, la crisis económica de 1929, la instauración de la República...) llevan a la mayoría de los autores -bajo la influencia de Pablo Neruda, residente en esa época en nuestro país- a adoptar una actitud de compromiso social. Surge así una preocupación creciente por los sentimientos humanos (la libertad, el amor, la angustia existencial, los sueños...)

- En la tercera etapa, comenzada tras la Guerra Civil, el grupo se dispersa: algunos poetas, como F. García Lorca, han muerto; otros, como Salinas, Alberti y Cernuda, se exilian, y finalmente otros permanecen en España, como es el caso de Aleixandre y Gerardo Diego. La evolución personal de cada uno les encamina hacia estéticas muy distintas, aunque todos coinciden en retomar los temas humanos, agudizados por el sufrimiento de la guerra y sus consecuencias (miseria, censura, exilio, nostalgia de la tierra perdida).


3.3. Autores de la Generación del 27.

- Pedro Salinas destaca como poeta de temática amorosa, en sus obras La voz a ti debida y Razón de amor.
 
-Jorge Guillén es representante más destacado de la poesía pura dentro de la generación. Sobresalen sus libros Cántico y Clamor.
 
- Vicente Aleixandre parte de un concepto pesimista del mundo (La destrucción o el amor) para cultivar posteriormente la poesía solidaria (Historia del corazón).
 
- Gerardo Diego sobresale por su maestría para cultivar tanto la poesía vanguardista, representada por Manual de espumas, como la poesía más clásica y humana, plasmada en sus Versos humanos.
 
- Dámaso Alonso se interesa por hallar respuestas al problema existencial del vivir humano en libros como Hijos de la ira.
 
- Luis Cernuda concibe el mundo como un choque permanente entre los anhelos del ser humano y las trabas sociales, lo que se resume en el título que da nombre a toda su obra, La realidad y el deseo.
 
- Rafael Alberti recorre varias líneas poéticas a lo largo de su obra. En sus primeras obras, como Marinero en tierra, sigue los modelos de la lírica popular. El surrealismo le sirve de medio de expresión de la angustia existencial del hombre en Sobre los ángeles, escrita en versículos. La nostalgia del exilio está presente en Retornos de lo vivo lejano. Alberti fue además un gran prosista, como atestigua su libro de memorias La arboleda perdida.
 
- Federico García Lorca es un autor de grandes contrastes: se unen en su poesía lo culto y lo popular, lo tradicional y lo vanguardista. Lorca trata de expresar el dolor de “la Andalucía del llanto” en sus primeros libros, Poema del cante jondo y Romancero gitano. Recurre al surrealismo para expresar sus inquietudes sociales en Poeta en Nueva York, en el que expone su angustia ante la civilización moderna. Sus últimas obras, Diván del Tamarit, de influencia árabe, Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, prodigiosa elegía a un torero amigo, y los Sonetos del amor oscuro, muestran un profundo sentimiento del dolor humano.