jueves, 1 de mayo de 2014

Comentario de texto: “El partido”, de Manuel Vicent.




Comentario de texto: “El partido”, de Manuel Vicent.

(“El País” 23-3-2014)

      1. Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el texto. (1.5 puntos)

  • durante la dictadura, el “partido” era el partido comunista/ ahora en democracia, el “partido” es el clásico Real Madrid - Barça.

  • Algunos intelectuales consideran el fútbol como un espectáculo alienante de masas; bien mirado, se trata de la representación moderna del doble eje que mueve toda la filosofía griega: la dialéctica entre Apolo (la idea) y Dioniso (la orgía):

    - Euclides: geometría del campo
    - héroes apolíneos (los jugadores): impulsan la esfera
    - el coro en las gradas (la afición): la irracionalidad

  • quiebra de la teoría de Apolo:

    - excesiva efusividad del futbolista que marca el gol
    - Real Madrid – Barça: simbolización de los valores nacionalistas

  • la esencia del fútbol: el error del árbitro (lo mismo que Sócrates en Atenas)


    2 a) Indique el tema del texto. (0.5 puntos)

  • El fútbol como representación moderna de la dialéctica entre Apolo (la idea) y Dioniso (la orgía).

    2 b) Resuma el texto. ( 1 punto)

  • El texto de Manuel Vicent nos ofrece una mirada original sobre el espectáculo del fútbol, que lejos de ser un fenómeno alienante de masas -como sostienen algunos intelectuales- se trata de la representación moderna de la dialéctica entre Apolo (la idea, la perfección) y Dioniso (la orgía, la irracionalidad). Los jugadores representan a los héroes apolíneos transformando el pensamiento (la estrategia) en acción (juego), mientras que la afición en las gradas encarna el coro dionisíaco, manifestación de la irracionalidad. Sin embargo, la perfección y equilibrio apolíneos desaparecen cuando el futbolista que marca el gol muestra una efusividad desmesurada o, más aún, cuando los equipos se convierten en símbolos de los valores nacionalistas. El equilibrio apolíneo vuelve a romperse cuando el árbitro saca una tarjeta roja equivocada, repitiendo el episodio en el que Atenas condenó a Sócrates. Así es la filosofía griega (así es el fútbol).

    3. Realice un comentario crítico del contenido del texto. (3 puntos)

  • El texto de Manuel Vicent presenta un abanico amplio de sugerencias. La primera aparece en las primeras líneas, en las que vemos cómo en función del contexto histórico y político una palabra -“partido” en este caso- puede adquirir connotaciones tan dispares, lo cual supone una demostración palpable de que la Lengua -la Semántica- está en constante transformación.
  • La consideración del fútbol como un espectáculo alienante de masas fue usual entre muchos intelectuales de la época franquista: era evidente que la pasión que desataba el fútbol entre los aficionados servía como instrumento óptimo para hacer olvidar la situación de falta de libertad política que los españoles tuvieron -tuvimos- que soportar durante casi cuarenta años.
  • La visión del fútbol como representación moderna del doble eje que movió a la filosofía griega, donde fue constante la dialéctica o movimiento pendular entre lo apolíneo -representando el equilibrio, la perfección- y lo dionisíaco -como manifestación de lo que hay de irracional en el alma humana-, es sencillamente genial. Euclides está presente en la geometría dibujada en el campo; los jugadores -héroes apolíneos- se encargan de transformar en una equivalencia perfecta el pensamiento en acción, a pesar de que no siempre sea así (¡pobre Betis!). La afición en las gradas sufre una verdadera catarsis viendo a sus jugadores desplegar toda su habilidad en el campo, y hay que reconocer que siempre será más barata una entrada para un clásico que un programa de visitas al psicoanalista, con la ventaja añadida del tiempo que se gana. La catarsis puede rozar la tragedia si los coros de los respectivos equipos enarbolan los sentimientos nacionalistas, aunque habrá que reconocer que sería peor un enfrentamiento bélico con armas de fuego reales.
  • Por último, Manuel Vicent nos recuerda lo paradójico que resulta que en un mundo como el actual, donde la tecnología punta de la imagen es algo tan corriente, se deje el arbitraje de un partido a las decisiones que una persona -el árbitro-, con todas las posibles limitaciones de la percepción, pueda tomar en un momento dado. Quizás la polémica en un espectáculo de masas como el fútbol sea más rentable desde el punto de vista mediático, y a la postre, económico. Y quizás sea por eso que para los dirigentes de la FIFA el “ojo de halcón” sea solamente el ojo de un ave rapaz.

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