Comentario crítico al poema
“Por encima del mar, desde la orilla americana del Atlántico”,
de Rafael Alberti.
El título del poema
de Alberti, “Por encima del mar, desde la orilla americana del
Atlántico” nos da dos referencias espaciales: la primera, “por
encima del mar”, frase cuyo sentido completo advertimos en el
último verso -”voy de nuevo a cantarte”- señala la intención
del poeta de proyectarse hacia ese espacio lejano; la segunda,
“desde la orilla americana del Atlántico”, indica el punto de
origen de esa proyección, evidentemente imaginaria, en el espacio.
En la primera estrofa
el poeta invoca a Cádiz, colocándose en una situación hipotética
-”Si yo hubiera podido...hablarte como entonces”-, en la que el
adverbio “entonces” muestra catafóricamente una imagen del
pasado: “como cuando descalzo por tus verdes orillas/ iba a tu mar
robándole caracolas y algas”.
En la segunda estrofa,
Alberti, sin dejar de dirigirse a Cádiz, expresa las dos razones por
las cuales hubiera merecido haber podido hablar a su ciudad salvando
la distancia que le impone el océano: “por haberte llevado tantos
años conmigo” -es decir en su corazón-, y “por haberte cantado
casi todos los días”, donde podemos muy bien sustituir el verbo
“cantar” por “poetizar”; por otro lado, vemos cómo en los
dos últimos versos de la estrofa se produce una identificación
entre Cádiz y su experiencia de la felicidad: “llamando siempre
Cádiz a todo lo dichoso,/ lo luminoso que me aconteciera.”.
La tercera estrofa
se abre con dos peticiones conmovedoras: “siénteme cerca,
escúchame”, y se cierra con la razón de esas peticiones: “Hoy
tengo muchas cosas, muchas más que decirte.”. Los versos
intermedios expresan mediante una comparación -“igual que”- el
deseo del poeta de encontrarse realmente en el espacio imaginado,
evocando la materialidad de ese espacio: “igual que si mi nombre,
si todo yo tangible,/ proyectado en la cal hirviente de tus
muros,/...te hablara.”.
En la cuarta y última
estrofa, Alberti muestra su convencimiento de que la lejanía en
el espacio no será un obstáculo para ser oído: “yo sé que lo
lejano.../ no hace que los oídos/ de tu siempre dispuesto corazón
no me oigan.”. El último verso expresa el deseo decidido del poeta
de salvar ese espacio que lo separa de lo que él más quiere, de su
Cádiz natal: “Por encima del mar voy de nuevo a cantarte.”.
Para concluir,
diremos que nos resulta fácil identificarnos con el sentimiento de
nostalgia que invade el poema cuando recordamos las dramàticas
circunstancias que llevaron a Alberti, miembro del Partido Comunista,
al exilio al finalizar la Guerra Civil española en 1939; primero a
Argentina, donde permaneció hasta 1963, y luego a Roma, desde donde
regresaría a España en 1977, después de treinta y ocho años de su
salida. Afortunadamente tuvo aún la oportunidad de cantar a Cádiz
desde su casa del Puerto de Santa María, donde murió en 1999, a los
noventa y seis años de edad, conservando, a pesar de su avanzada
edad, un estado de envidiable lucidez.
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