martes, 10 de diciembre de 2013

Comentario crítico al poema "Por encima del mar, desde la orilla americana del Atlántico", de Rafael Alberti.


Comentario crítico al poema “Por encima del mar, desde la orilla americana del Atlántico”,

de Rafael Alberti.



El título del poema de Alberti, “Por encima del mar, desde la orilla americana del Atlántico” nos da dos referencias espaciales: la primera, “por encima del mar”, frase cuyo sentido completo advertimos en el último verso -”voy de nuevo a cantarte”- señala la intención del poeta de proyectarse hacia ese espacio lejano; la segunda, “desde la orilla americana del Atlántico”, indica el punto de origen de esa proyección, evidentemente imaginaria, en el espacio.

En la primera estrofa el poeta invoca a Cádiz, colocándose en una situación hipotética -”Si yo hubiera podido...hablarte como entonces”-, en la que el adverbio “entonces” muestra catafóricamente una imagen del pasado: “como cuando descalzo por tus verdes orillas/ iba a tu mar robándole caracolas y algas”.

En la segunda estrofa, Alberti, sin dejar de dirigirse a Cádiz, expresa las dos razones por las cuales hubiera merecido haber podido hablar a su ciudad salvando la distancia que le impone el océano: “por haberte llevado tantos años conmigo” -es decir en su corazón-, y “por haberte cantado casi todos los días”, donde podemos muy bien sustituir el verbo “cantar” por “poetizar”; por otro lado, vemos cómo en los dos últimos versos de la estrofa se produce una identificación entre Cádiz y su experiencia de la felicidad: “llamando siempre Cádiz a todo lo dichoso,/ lo luminoso que me aconteciera.”.

La tercera estrofa se abre con dos peticiones conmovedoras: “siénteme cerca, escúchame”, y se cierra con la razón de esas peticiones: “Hoy tengo muchas cosas, muchas más que decirte.”. Los versos intermedios expresan mediante una comparación -“igual que”- el deseo del poeta de encontrarse realmente en el espacio imaginado, evocando la materialidad de ese espacio: “igual que si mi nombre, si todo yo tangible,/ proyectado en la cal hirviente de tus muros,/...te hablara.”.

En la cuarta y última estrofa, Alberti muestra su convencimiento de que la lejanía en el espacio no será un obstáculo para ser oído: “yo sé que lo lejano.../ no hace que los oídos/ de tu siempre dispuesto corazón no me oigan.”. El último verso expresa el deseo decidido del poeta de salvar ese espacio que lo separa de lo que él más quiere, de su Cádiz natal: “Por encima del mar voy de nuevo a cantarte.”.

Para concluir, diremos que nos resulta fácil identificarnos con el sentimiento de nostalgia que invade el poema cuando recordamos las dramàticas circunstancias que llevaron a Alberti, miembro del Partido Comunista, al exilio al finalizar la Guerra Civil española en 1939; primero a Argentina, donde permaneció hasta 1963, y luego a Roma, desde donde regresaría a España en 1977, después de treinta y ocho años de su salida. Afortunadamente tuvo aún la oportunidad de cantar a Cádiz desde su casa del Puerto de Santa María, donde murió en 1999, a los noventa y seis años de edad, conservando, a pesar de su avanzada edad, un estado de envidiable lucidez.

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