Tema 5 de Literatura: la
lírica posterior a la Guerra Civil
(desde 1940 a nuestros
días)
1.
La lírica desde 1940 a los años 1970
1.1. Los primeros
años.
La poesía de la primera
posguerra está fuertemente condicionada por la situación histórica
de España. Ante el horror de la guerra recién concluida, los poetas
buscan respuestas y, frecuentemente, realizan una poesía
espiritualista que dirige a Dios sus quejas, sus preguntas y, en
ocasiones, se rebela ante él. Posteriormente, a partir de la década
de los 50, volverán los ojos hacia los demás y los poetas tratarán
de convertirse en la voz de la mayoría, surgiendo de esta forma la
poesía social.
La actividad poética de la
década de los 40 se centra fundamentalmente en la colaboración en
dos revistas literarias:
- Garcilaso agrupa a los poetas más cercanos al régimen oficial, que cultivan una poesía de corte clásico, que ofrece una visión optimista del hombre y del mundo; es el caso de poetas como Luis Rosales o Leopoldo Panero.
- Espadaña es la revista de los poetas contrarios al régimen, que ofrecen una visión desarraigada en un mundo conflictivo e imperfecto; a esta línea pertenecen poetas como Leopoldo de Luis o Gabriel Celaya.
1.2. Pablo García Baena
y el grupo “Cántico”.
En la posguerra hubo también
un grupo de poetas cordobeses que practicaron la poesía
pura, los cuales fundaron en 1947 la revista Cántico,
el mismo nombre con el que Jorge Guillén, el poeta puro por
excelencia de la Generación del 27, había denominado a su obra
poética. Los poetas del grupo Cántico también
recibirán la influencia de la poesía intimista y refinada de Luis
Cernuda. El principal representante del grupo es el cordobés Pablo
García Baena, al que se unen otros poetas también cordobeses como
Juan Bernier, Ricardo Molina o Julio Aumente.
1.3. El Postismo.
El postismo es un movimiento
que trata de seguir el camino marcado por el surrealismo
europeo anterior a la Guerra Civil. Su fundador es el
gaditano Carlos Edmundo de Ory, al que se unirán otros poetas como
Eduardo Chinarro y Silvano Sernesi. El movimiento postista
reivindicará la libertad creativa y el sentido lúdico del arte. En
1945 publicaron el primer número de la revista Postismo,
que no tuvo continuación debido a problemas con la censura
franquista.
1.4. La poesía social.
A finales de los años 40
surge en España una poesía denominada social
que supone una evolución del yo, protagonista de la lírica de los
40, al nosotros. La poesía social evitará los problemas íntimos,
individuales, para centrarse en lo colectivo. Asimismo, rechaza el
esteticismo y la poesía pura ya que el poeta debe dejar de lado sus
problemas personales y comprometerse ante la situación del momento.
De este modo, se pretende crear una poesía clara, escrita para la
inmensa mayoría.
Los dos autores más
representativos de este movimiento son Gabriel Celaya (Cantos íberos)
y Blas de Otero (Ángel fieramente humano, Pido la paz y la palabra).
Por estas fechas comienza también a escribir José Hierro, uno de
los poetas más personales y reconocidos de la segunda mitad del
siglo XX.
1.5. La Generación de
los 50.
A partir de los años 50
irrumpe en el panorama literario un nuevo grupo de poetas que se
aparta de la poesía social. Pertenecen a este grupo Antonio
Gamoneda, Ángel González, José Ángel Valente, Francisco Brines,
Jaime Gil de Biedma, Claudio Rodríguez o José Agustín Goytisolo.
Estos poetas vuelven a preocuparse por los problemas del hombre
individual; se trata de una poesía inconformista y escéptica
que se centra en lo cotidiano y recupera el intimismo. Por otro lado,
estos poetas dudan de la capacidad de la poesía para transformar el
mundo, y muestran una clara preocupación por la estética.
2.
La lírica desde los años 70 a nuestros
días.
2.1. Los novísimos.
Tras
la revolución cultural del “mayo del 68”
surge un nuevo grupo de poetas conocido como Generación
del 68 o
novísimos
(se
conoce como Mayo
francés
o Mayo
del 68
la cadena de protestas que se llevaron a cabo en Francia y
especialmente en París durante los meses de mayo y junio de 1968.
Esta serie de protestas fue iniciada por grupos estudiantiles de
izquierdas contrarios a la sociedad
de consumo,
a los que posteriormente se unieron grupos de obreros industriales,
los sindicatos y el Partido Comunista Francés).
Estos poetas plantean un concepto más amplio de la cultura que
incluye manifestaciones marginales o no consideradas hasta entonces,
como el cómic, el cine, la música pop o el jazz. Los nóvísimos
tienen como modelos a Aleixandre o Cernuda y reivindican al grupo
“Cántico” y al Postismo. El nombre del grupo procede de la
antología “Nueve novísimos poetas españoles” publicada en
1970. El grupo lo forman Pere Gomferrer, Leopoldo María Panero, José
María Álvarez, Guillermo Carnero, Manuel Vázquez Montalbán,
Antonio Martínez Sarrión, Féliz de Azúa, Vicente Molina Foix y
Ana María Moix.
2.2.
Últimas generaciones de poetas.
A
partir de 1970, bajo la influencia inicial de los novísimos, se
observa una gran variedad de tendencias en la lírica española.
Veamos algunas:
Experimentalismo:
basado en la utilización de las antiguas técnicas
vanguardistas (collages,
poemas visuales o caligramas). Un representante es José miguel
Ullán.
Culturalismo: poetas
que reciben la influencia del mundo clásico grecolatino;
muestran además un vasto dominio cultural. Es el caso de Antonio
Colinas, Julio Martínez Mesanza o Aurora Luque.
Surrealismo:
surgido en los años ochenta, recuperan la antigua estética
surrealista. Sobresalen en esta
tendencia Blanca Andreu o Ana Rossetti, quienes cultivan una poesía
fuertemente erótica.
Poetas metalingüísticos:
llamada también poesía del silencio
o minimalista; siguen
la línea de la poesía pura y se orientan hacia la experimentación
de las posibilidades del lenguaje. Pertenecen a esta corriente Jenaro
Talens, Jaime Siles y Julia Castillo.
Poesía de la conciencia:
son poetas que pretenden remover las conciencias.
Conciben la poesía como acción social y herramienta política. Es
el caso de poetas como Jorge Riechmann, Enrique Falcón o
cultivadores del “realismo sucio” como Roger Wolfe o Karmelo
Iribarren.
Poesía de la experiencia:
es la tendencia poética más característica de los últimos años.
Se trata de una poesía que surge de la propia experiencia
vivida por los poetas, donde son frecuentes escenas de la infancia o
de la adolescencia. El lenguaje que utilizan es elaborado y elegante
sin llegar a excesos retóricos. Se incluyen en esta corriente
poetas como Luis García Montero, Andrés Trapiello, Felipe Benítez
Reyes o Luis Alberto de Cuenca.
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