domingo, 20 de abril de 2014

Tema 5 de Literatura: la lírica posterior a la Guerra Civil


Tema 5 de Literatura: la lírica posterior a la Guerra Civil

(desde 1940 a nuestros días)


1. La lírica desde 1940 a los años 1970

1.1. Los primeros años.

La poesía de la primera posguerra está fuertemente condicionada por la situación histórica de España. Ante el horror de la guerra recién concluida, los poetas buscan respuestas y, frecuentemente, realizan una poesía espiritualista que dirige a Dios sus quejas, sus preguntas y, en ocasiones, se rebela ante él. Posteriormente, a partir de la década de los 50, volverán los ojos hacia los demás y los poetas tratarán de convertirse en la voz de la mayoría, surgiendo de esta forma la poesía social.

La actividad poética de la década de los 40 se centra fundamentalmente en la colaboración en dos revistas literarias:
  • Garcilaso agrupa a los poetas más cercanos al régimen oficial, que cultivan una poesía de corte clásico, que ofrece una visión optimista del hombre y del mundo; es el caso de poetas como Luis Rosales o Leopoldo Panero.
  • Espadaña es la revista de los poetas contrarios al régimen, que ofrecen una visión desarraigada en un mundo conflictivo e imperfecto; a esta línea pertenecen poetas como Leopoldo de Luis o Gabriel Celaya.
1.2. Pablo García Baena y el grupo “Cántico”.

En la posguerra hubo también un grupo de poetas cordobeses que practicaron la poesía pura, los cuales fundaron en 1947 la revista Cántico, el mismo nombre con el que Jorge Guillén, el poeta puro por excelencia de la Generación del 27, había denominado a su obra poética. Los poetas del grupo Cántico también recibirán la influencia de la poesía intimista y refinada de Luis Cernuda. El principal representante del grupo es el cordobés Pablo García Baena, al que se unen otros poetas también cordobeses como Juan Bernier, Ricardo Molina o Julio Aumente.

1.3. El Postismo.

El postismo es un movimiento que trata de seguir el camino marcado por el surrealismo europeo anterior a la Guerra Civil. Su fundador es el gaditano Carlos Edmundo de Ory, al que se unirán otros poetas como Eduardo Chinarro y Silvano Sernesi. El movimiento postista reivindicará la libertad creativa y el sentido lúdico del arte. En 1945 publicaron el primer número de la revista Postismo, que no tuvo continuación debido a problemas con la censura franquista.

1.4. La poesía social.

A finales de los años 40 surge en España una poesía denominada social que supone una evolución del yo, protagonista de la lírica de los 40, al nosotros. La poesía social evitará los problemas íntimos, individuales, para centrarse en lo colectivo. Asimismo, rechaza el esteticismo y la poesía pura ya que el poeta debe dejar de lado sus problemas personales y comprometerse ante la situación del momento. De este modo, se pretende crear una poesía clara, escrita para la inmensa mayoría.

Los dos autores más representativos de este movimiento son Gabriel Celaya (Cantos íberos) y Blas de Otero (Ángel fieramente humano, Pido la paz y la palabra). Por estas fechas comienza también a escribir José Hierro, uno de los poetas más personales y reconocidos de la segunda mitad del siglo XX.

1.5. La Generación de los 50.

A partir de los años 50 irrumpe en el panorama literario un nuevo grupo de poetas que se aparta de la poesía social. Pertenecen a este grupo Antonio Gamoneda, Ángel González, José Ángel Valente, Francisco Brines, Jaime Gil de Biedma, Claudio Rodríguez o José Agustín Goytisolo. Estos poetas vuelven a preocuparse por los problemas del hombre individual; se trata de una poesía inconformista y escéptica que se centra en lo cotidiano y recupera el intimismo. Por otro lado, estos poetas dudan de la capacidad de la poesía para transformar el mundo, y muestran una clara preocupación por la estética.


2. La lírica desde los años 70 a nuestros días.

2.1. Los novísimos.

Tras la revolución cultural del “mayo del 68” surge un nuevo grupo de poetas conocido como Generación del 68 o novísimos (se conoce como Mayo francés o Mayo del 68 la cadena de protestas que se llevaron a cabo en Francia y especialmente en París durante los meses de mayo y junio de 1968. Esta serie de protestas fue iniciada por grupos estudiantiles de izquierdas contrarios a la sociedad de consumo, a los que posteriormente se unieron grupos de obreros industriales, los sindicatos y el Partido Comunista Francés). Estos poetas plantean un concepto más amplio de la cultura que incluye manifestaciones marginales o no consideradas hasta entonces, como el cómic, el cine, la música pop o el jazz. Los nóvísimos tienen como modelos a Aleixandre o Cernuda y reivindican al grupo “Cántico” y al Postismo. El nombre del grupo procede de la antología “Nueve novísimos poetas españoles” publicada en 1970. El grupo lo forman Pere Gomferrer, Leopoldo María Panero, José María Álvarez, Guillermo Carnero, Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Martínez Sarrión, Féliz de Azúa, Vicente Molina Foix y Ana María Moix.

2.2. Últimas generaciones de poetas.

A partir de 1970, bajo la influencia inicial de los novísimos, se observa una gran variedad de tendencias en la lírica española. Veamos algunas:

Experimentalismo: basado en la utilización de las antiguas técnicas vanguardistas (collages, poemas visuales o caligramas). Un representante es José miguel Ullán.

Culturalismo: poetas que reciben la influencia del mundo clásico grecolatino; muestran además un vasto dominio cultural. Es el caso de Antonio Colinas, Julio Martínez Mesanza o Aurora Luque.

Surrealismo: surgido en los años ochenta, recuperan la antigua estética surrealista. Sobresalen en esta tendencia Blanca Andreu o Ana Rossetti, quienes cultivan una poesía fuertemente erótica.

Poetas metalingüísticos: llamada también poesía del silencio o minimalista; siguen la línea de la poesía pura y se orientan hacia la experimentación de las posibilidades del lenguaje. Pertenecen a esta corriente Jenaro Talens, Jaime Siles y Julia Castillo.

Poesía de la conciencia: son poetas que pretenden remover las conciencias. Conciben la poesía como acción social y herramienta política. Es el caso de poetas como Jorge Riechmann, Enrique Falcón o cultivadores del “realismo sucio” como Roger Wolfe o Karmelo Iribarren.

Poesía de la experiencia: es la tendencia poética más característica de los últimos años. Se trata de una poesía que surge de la propia experiencia vivida por los poetas, donde son frecuentes escenas de la infancia o de la adolescencia. El lenguaje que utilizan es elaborado y elegante sin llegar a excesos retóricos. Se incluyen en esta corriente poetas como Luis García Montero, Andrés Trapiello, Felipe Benítez Reyes o Luis Alberto de Cuenca.


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